miércoles, 3 de marzo de 2021

Contradicción

Nos separa una contradicción tan ancha como el océano. Tú piensas que solo eres dueña de tu silencio, de algunos apuntes personales y de las palabras impresas bajo tu nombre en libros, revistas y periódicos. Yo, en cambio, paseo de noche por la explanada creyendo que te pertenece el estampido de las olas y la quietud de la arena, el resplandor de los faroles y las siluetas ambulantes, las amistades reunidas en la sala de un apartamento con vista al mar o sentadas en una banca frente a la playa, y también mi soledad. 

Tejes tu nido en la duda y la prudencia. Yo camino entre las mansiones y los edificios oyendo volar tu voz y tu risa de un balcón a otro. Estás convencida de ocupar un solo lugar: un rincón de tu cuarto o la esquina de una mesa. Pero he visto multiplicarse tu imagen a través de las ventanas. Eres la joven de pelo rojizo que sigue una conversación con el mentón hundido en la rodilla y la mirada fija en el piso; la rubia cuyos ojos brillan como los de un mapache cuando mira hacia la calle; la morena que fuma dentro de su carro y la sombra dedicada a borrar estrellas con el humo de su boca desde lo alto del dique. 

Tú callas mucho porque puedes decir lo necesario. Yo hablo y hablo para que mis propias palabras me interrumpan. Si quieres enterarte de mi vida, salúdame y te la contaré. Yo volveré de nuevo a la explanada y le preguntaré por ti a la nocturna vastedad. Sabré de ti lo mismo que sé de la noche.

   

No hay comentarios.:

Publicar un comentario