Oigo en una canción de amor: "Descúbreme. Soy una isla solitaria". Otro poeta escribió en unos versos citados a más no poder que nadie es una isla solitaria. ¿Quién tiene la razón? No somos islas. Somos náufragos. ¿Quién no se ha sentido perdido en lo más profundo de una culpa indecible o de una nostalgia que no se puede definir, y mucho menos contar? Nadamos hasta morir de cansancio en la marea de las pasiones o caminamos sedientos bajo la espesura del pensamiento. Nuestro cadáver solo dará a los demás una vaga pista del misterio que fuimos.
miércoles, 31 de marzo de 2021
Náufragos
domingo, 21 de marzo de 2021
Soledad
No cantes ni aspires a la falsa soledad del profeta que tienta a la muerte en el monte o el desierto persiguiendo las voces de su locura. Si te pierdes entre las fieras o los pliegues de la arena, que sea porque te llama un pájaro con su silbo o su plumaje, una flor o un fruto con su brillo, unos ojos en la umbría o un espejismo del poder o el deseo.
Tampoco te esfuerces por alejarte de los otros ni por acercarte a ellos. Es inútil buscar la soledad y también huir de ella. No estás solo aunque te acompañe una multitud: tú mismo eres la soledad, ese amor que nunca llenan ni otro amor, ni el odio, ni el desprecio.
Al deseo
Enfrías la noche con tu soplo de vacío
y eres mi abrigo cuando me desvela
un placer perdido o una esperanza.
Me condenas a tu fiebre
y cuando más estoy ardiendo
siento tu mano en la espalda
como el peso imposible de unas alas.
A las alturas me arrojas aun sabiendo
que tú mismo has encadenado mi cuerpo
a otro cuerpo lejano o a la roca del ansia.
Por tu obra y gracia,
vivo entre la ilusión y el tormento,
confundiendo la dicha y el vértigo,
y la verdad con el dolor de haber caído
sin que nadie más me haya visto volar.
Solo en el reflejo de tus ojos invisibles
he sido un amante devuelto a la tierra.
sábado, 20 de marzo de 2021
Otra vez el ego
El yo contiene los vicios y las flaquezas, pero también los talentos y las virtudes. Una de las más grandes manifestaciones de ese odio a sí mismo inherente a varias religiones es el afán de renunciar al yo. Esta locura mística hace pensar en una fábula en la que el caracol y la tortuga renegaran de su concha y de su caparazón. Ciertos «iluminados», entonces, vienen a ser criaturas dedicadas a despreciar el armazón que las contiene. La lucha contra el yo también recuerda la demencia destructiva de quienes prenden llamas a su propia casa porque donde otros ven paredes sucias y alfombras polvorientas ellos alucinan con ejércitos de cucarachas y ratas
El yo no es un palacio ni un fuerte, sino más bien un muelle o un punto de referencia. Es la partitura a la espera de un intérprete y un lienzo inacabado al que, además, le falta el ojo del otro sin el cual la experiencia artística resulta incompleta. Nunca nos encontramos en el yo, pero fuera de él no podemos buscar el sentido de la existencia. Los profetas quieren derribar los muros de la identidad para inundar la soledad con un sentimiento de hermandad cósmica. Ignoran que el universo es una gran soledad. Aunque forme una bandada, el pájaro sigue volando en la soledad del cielo.
El yo es, de hecho, una soledad: la concavidad donde pueden verterse el amor, el deseo, la imaginación y el conocimiento. Sin el yo, somos un vaso lleno de sí mismo; esto es, un sólido. O una estatua de piedra, como esas ante las cuales meditan algunos «iluminados».
martes, 16 de marzo de 2021
Certificado de defunción
Tres días oyendo el ruido de las máquinas que mantenían vivo su cadáver;
tres días viendo subir y caer las líneas y los números verdes, sin entender aquel tenebroso juego de azar;
tres días durmiendo unos minutos y despertando por horas en una habitación con el aroma y el palor de una primera tumba;
tres días dejando pasar a los doctores y las enfermeras cuyas medicinas de todos los colores alentaban su agonía;
tres días enredándonos el vendaje de la esperanza y recibiendo la verdad en la misma herida;
tres días preparándonos inútilmente para leer en una pantalla los últimos dos o tres latidos de su corazón moribundo;
tres días ignorando cuán desencajada y rígida tendría la mandíbula al llegar a la morgue del hospital, como si lo hubiéramos encontrado en un desierto después de muchos años;
tres días muriendo en vida y viviendo la muerte no eran suficientes;
fue necesaria la firma de un testigo para que los otros pudieran encontrar al difunto perdido en los pasillos de nuestra soledad.
lunes, 15 de marzo de 2021
Ícaro
de siempre tener poco,
me pregunto de qué sirve
fracasar tan elevadamente.
Yo también hubiese caído,
pero no desde la misma altura
y tampoco ardiendo de ambición.
Me estrellaría con un árbol
o me sorprendería entre las olas,
encantado por el ritmo de mis alas.
domingo, 14 de marzo de 2021
No soliciting
Like you, the owners of the store believe that some people should not desire certain things. I'm not looking at the clothes through the glass, but at myself as if I were being reflected in your mind.
El monje
Enamorado de la pureza, trepó hasta lo más alto de su fe y desde allí saltó al punto donde las pasiones formaban voraces remolinos. La meditación le había hecho creer que su espíritu contendría el torrente. Las aguas lo hicieron pedazos. En ningún momento pudo aferrarse al silencio.
viernes, 12 de marzo de 2021
Fe de vida
jueves, 11 de marzo de 2021
El silencio en Babel
En este imperio donde llueven a cántaros los idiomas del mundo,
ninguno tan inútil como el que me has dado
para invocar tu nombre y dejarme hablando solo.
No se movieron tus ojos ni tus labios de piedra
cuando lancé mi plegaria a tus alturas.
Entre más me revolcaba al pie de tu altar
como un gusano entre gusanos
más helada era tu sombra gigantesca.
Tuve hambre y escuché en tu risa
un tintineo de cubiertos y vajillas.
Tuve sed y respondiste
al murmullo de mi garganta
con un relámpago tan lejano
que ya no pude temerte ni esperarte.
Basta ya de andar por las calles y los patios,
por los muelles y los montes para caer de rodillas
ante Dionisio y Orfeo, ante las musas y las bacantes,
ante Diana y su séquito, ante Afrodita y Artemisa,
ante las nereidas, las oréades y las náyades.
No hay labios de mármol ni aire que guarden
el secreto o la medida del placer y del canto.
Solo estoy en este valle lamido y azotado por todas las lenguas,
oyendo su granizo romper las ventanas
y viendo un torrente de lodo llevarse mi fe.
Nunca me llamaste entre la multitud confundida
porque tu destino era callar como siempre han callado los dioses.
miércoles, 10 de marzo de 2021
Idolatría
Calladamente imploro tu luz y tu calor,
pero mis manos solo tocan el frío del aire
y de la tierra en que tropiezo día y noche.
Callada, ni siquiera te preguntas por qué
no me bastan las llamas de mi propio infierno.
martes, 9 de marzo de 2021
Esperanza
jueves, 4 de marzo de 2021
Edén
miércoles, 3 de marzo de 2021
Contradicción
Nos separa una contradicción tan ancha como el océano. Tú piensas que solo eres dueña de tu silencio, de algunos apuntes personales y de las palabras impresas bajo tu nombre en libros, revistas y periódicos. Yo, en cambio, paseo de noche por la explanada creyendo que te pertenece el estampido de las olas y la quietud de la arena, el resplandor de los faroles y las siluetas ambulantes, las amistades reunidas en la sala de un apartamento con vista al mar o sentadas en una banca frente a la playa, y también mi soledad.
Tejes tu nido en la duda y la prudencia. Yo camino entre las mansiones y los edificios oyendo volar tu voz y tu risa de un balcón a otro. Estás convencida de ocupar un solo lugar: un rincón de tu cuarto o la esquina de una mesa. Pero he visto multiplicarse tu imagen a través de las ventanas. Eres la joven de pelo rojizo que sigue una conversación con el mentón hundido en la rodilla y la mirada fija en el piso; la rubia cuyos ojos brillan como los de un mapache cuando mira hacia la calle; la morena que fuma dentro de su carro y la sombra dedicada a borrar estrellas con el humo de su boca desde lo alto del dique.
Tú callas mucho porque puedes decir lo necesario. Yo hablo y hablo para que mis propias palabras me interrumpan. Si quieres enterarte de mi vida, salúdame y te la contaré. Yo volveré de nuevo a la explanada y le preguntaré por ti a la nocturna vastedad. Sabré de ti lo mismo que sé de la noche.