viernes, 19 de noviembre de 2021

Madrigal No. 10

Tu cuerpo empieza
en la noche interminable de tu pelo.
No sé si también de ti se aleja
o si soy yo quien se abandona
cuando vuelas hacia la primera
o la enésima reunión de la jornada,
y furtivamente su cometa observo
hasta que te pierdes por un pasillo
donde ya no pueden seguirte
ni la vista ni la dicha.

Todo es nocturno en tu pelo:
hasta tu espalda descienden
y desde ella vuelven a su cauce
las últimas sombras de la tarde,
la pensativa aparición de la luna
en una cascada que ofrenda
su espejo a la penumbra
y su música al silencio. 

Pero también tiene tu pelo
la negra majestad del cuervo
al mediodía y la negrura
que en los ojos arde
cuando doblas una esquina
y te encuentras de frente
con la furia matinal
o la poniente ira.

Todo es luz en tu pelo
y en él todo es iluminado espacio.
Aquí en las tinieblas
de mi destino sin ti,
vivo midiendo su eternidad
y mi desdicha en cada destello.

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