Ven a mí con el ruido
de todo lo que cae a solas
cuando más callada está la noche.
Anúnciate con un estruendo
de cristales, de madera
en sí misma naufragando.
Escóndete en el espejo del baño;
en cuanto encienda la luz,
mátame de miedo y alegría.
Alarga tu mano entre las calles y la noche,
tócame el hombro mientras lavo los platos
y recibe mi cadáver en el reino de tus brazos.
Despiértame con la mirada y quédate mirando
estos ojos abiertos al placer y al terror
de haberte visto por fin cercana en la penumbra.
Tócame el hombro sin estar aquí
y deja en el piso este corazón feliz
de estar lamiendo tus pies con mi sangre.
sábado, 16 de octubre de 2021
Madrigal de octubre
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