martes, 29 de julio de 2025

Los motivos del hijo

A la abnegada y dulce Solángel,
que tiene corazón de clavel, 
alma de estrella
y silencio de virgen, 
estos versos de mi sangre torva y ruda
  
 
Gruñendo a veces
y otras veces aullando, 
me preguntó cómo pudo 
de tu corazón tan manso 
nacer mi corazón de lobo. 

Solo tú lo sabes sin dudarlo, 
solo tú oyes desde lejos 
el perdón que aún no pido 
y a mi madriguera llegas 
con el pan que no esperaba.

Un amoroso rayo, 
una devota flecha, 
traspasa tu pecho, 
desde tus ojos vuela, 
atraviesa mi animal entraña

y juntos quedamos 
en el dolor y la ternura, 
en tu dulzura que me duele, 
en tu bondad sin memoria
de las palabras más crueles. 

Siempre estás
aunque no estés, 
si no cercana, presente 
entre lo oscuro de mi ser
y de la cueva. También afuera

despunta el milagro
de tu lumbre cotidiana,  
bondad sin ocaso, 
claridad que a ti misma
te ciega de mis errores. 

Si la amargura
espumea de mis fauces, 
si ladro injusticias,
si luce torvo este ceño 
hijo de tu frente santa, 

es porque temo
sobre todas las cosas
al pasado que ya perdonaste,  
al presente que nos apura, 
al futuro que habrá de separarnos. 

¿Qué será de mis pasos
sin tu andar ya de paloma?
¿Cómo podrán mis días empezar 
si la luz no entra contigo 
en cuanto abres la puerta?

Sin ser de palo, 
eres santa como la madera, 
como una virgen o una copa
tallada a imagen y semejanza 
de tu paciencia inagotable y terca. 
 
Huérfano de ti, el mundo 
espantosamente seguirá 
girando alrededor de tu vacío,   
atardecido desde el alba,
infierno gris, nublado averno. 

Pero también en ese tiempo 
volverás de donde no se vuelve
para seguir ocupada, barriendo 
con el viento los enlutados días, 
la hojarasca, mis papeles viejos, 

y tu rocío sin llanto,
tu radiante llovizna, 
me salvará como ahora salvas 
a todas las plantas que has dejado
al amparo de mi negligencia y tu cariño. 

Cuando nos encontremos 
en ese lugar tan temido, 
estaremos tranquilos
si a mi temblor ofreces 
el ala divina de tu brazo. 

Allá en la nada 
caminaremos de nuevo
por la Gran Vía, 
por El Retiro, 
por el Paseo del Prado,
 
sin aquel calor de inframundo, 
sin contar las horas ni los días
de las vacaciones, de la vida, 
sin este miedo tan feroz y niño 
de perderte y de faltarte, madre. 

jueves, 24 de julio de 2025

Affirmation

Is there an answer to life's mysteries?
When questioned, the heart replies 
with sunburst or thunder somewhere
within a landscape that the mind
invents to lose and find itself, 
with laughter or a roar, deep 
into the body's bloodiest forest. 

Is the answer to be seen and heard
only, or to be sought and found, 
as if one could follow after 
radiant clouds or sunset tones?
Should the ear pretend it's being 
confided a secret or scolded 
by divinely indifferent winds?

Why is love enamored so often
with those who can't help breaking  
the vase that holds and shapes 
its liquid mirror or its void? 
Is death the end or yet another
destination, and is the soul 
a rolling brick or winged dust?

The answers are in your actions.
Other than your own being right 
or wrong, there won't be oracles.
On the brink of love, at the falling
of life's graces, rather than a question
offer your own valor as an affirmation. 

miércoles, 23 de julio de 2025

Solo vivo esperando...

Los iluminados dicen:
«Vive sin esperar
el día o el minuto
cuando ya no sientas
que el deseo es fiebre
o un tropiezo del corazón
inmediatamente vuelto a levantarse,
sino el incendio de tu cuerpo
entregado a su anhelo más recóndito
y el silencio en tu pecho
libre por fin de aspiraciones».

Pero yo solo vivo esperando
una noticia buena, mala o imposible;
el mensaje de alguien a quien he dado
justa razón para olvidarme;
una voz que tejió su nido
en el oído de otro amante;
una mirada entre la multitud
o tras la puerta recién abierta
a las tinieblas de mi cuarto.

Todo lo espero,
incluso lo que tengo cerca
e ignoro para seguirlo esperando;
eso que fue y, por lo tanto,
ya no es ni será lo mismo nunca;
aquello que no estaba destinado
a ser ayer, ahora y tampoco
lo estará dentro de muchos años.

¡No me dejes caer en la santidad
y del nirvana líbrame, oh espera!
¡En la prosperidad y la amargura
viste mi pobreza de ti siempre devota
con tu alegría y tu angustia!

jueves, 10 de julio de 2025

A ritmo cardiaco

Cada latido es un latido menos,
cada latido martilla el campanario 
que pende sobre mis entrañas
como un desastre llamado  
a desesperadas campanadas,
cada latido me aturde con el eco
de su galope al borde del abismo
sin que yo sea el jinete ni el caballo,
cada latido escupe crepitando
arabescos de incendiada sangre,
cada latido sega los minutos
y deja caer entre las horas
otro latido que puede ser el último. 

viernes, 20 de junio de 2025

A Isaac, mi pequeño gran héroe

Semilla de la luz misma eres
en crespo argonauta florecida.
No hay tarde en el ayer desleída   
ni dolor presente que no alegres

con tu voz de cielo y ave, 
y el agua saltarina de tu risa.
Pequeño Jasón, el viento riza 
tu pelo mientras diriges la nave

hacia los reinos que vislumbras 
en medio del barro y de la arena, 
entre piedras o criaturas extrañas. 

¡Feliz aventurero, todo lo alumbras
cuando abres el tesoro de tu plena
fantasía y nos cuentas tus hazañas!

domingo, 23 de febrero de 2025

Oda a las luces de Los Ángeles

De nada sirve que yo intente
llenar el vacío de mis noches
con las historias y los nombres
de las constelaciones y planetas.

Me basta encontrar sin buscarla
la lejana luminaria en la ventana
para seguir creyendo que descubro,
en el fondo abisal de la esperanza,

puertas abiertas a la rumba o la orgía
donde los cuerpos y las miradas fulgen
como arañas de cristal, como destellos
sobre bruñida plata y enormes sortijas;

sonrisas cuyo filo de luna me separa  
de la vergüenza, el miedo y la culpa;
ojos que en los míos ven la sombra
de una ilusión o un amado fantasma;

cabellos por los cuales descienden
ríos de penumbra, cascadas de reflejos;
hombros, brazos, manos, piernas, pies
incandescentes de su propia desnudez;

pieles radiantes de la misma fiebre
que en mí arde callada y sin brillo;
párpados, labios, senos, vientres estrellados
bajo las lámparas y entre mis besos meteóricos.

Cuando me aparto de la ventana
y a la quietud de mis noches vuelvo,
quedan remotas las luces de Los Ángeles,
como cirios en memoria de mis caprichos.

sábado, 22 de febrero de 2025

Oda a las ciudades marinas

No son espejo del océano
ni del ardiente o nublado cielo,
aunque levanten sus colinas
como las olas detenidas
en un grabado o un lienzo,
aunque sus casas floten, inmóviles,
sobre ondulantes barrios,
aunque el sol al mediodía
ruede por sus muros y jardines,
aunque la bruma se ancle
a sus árboles y techos
en las mañanas más frías.

Más bien son otro mar
donde las calles se hunden,
emergen y vuelven a hundirse
hasta que las playas y los muelles
impiden su marcha hacia los abismos del agua.
Más bien parecen una vastedad menos temible
entre las montañas y el horizonte sin cumbres.

Tienen el fulgor del cielo  
en los días soleados
y a veces amanecen cubiertas    
bajo la misma niebla que domina las alturas.
Sus palmeras recuerdan las estelas de los aviones
y en sus parques frondosas nubes
indican hacia dónde vuela el viento.

¡Cuánto me han enseñado   
sus puertos al anochecer!
Allá en el mundo sumergido
que los reflejos inventan
temblando sobre la marea,
yace un tesoro al alcance de la dicha,
un paraíso que sigue colmando  
mis ojos de gloria terrenal.