domingo, 13 de diciembre de 2020

San Fernando Valley

Todo y nada me dice el viento
de un otoño idéntico al invierno.
Todo y nada me dicen las calles
cuyos nombres se cruzan
como vecinos acostumbrados
a ignorarse en lenguas diferentes.
Yo también soy todo y nada:
existencia aferrada al pensamiento,
razón que habla sola para no perderse a sí misma
en este lugar del vacío donde vivo sin vivir aún,
donde parezco a punto de nacer o de morir,
donde una casa asfixiada y devorada por sus plantas
es más real que mi materia vagabunda en una acera.
Soy y no soy quien pisa las hojas secas
para recordarle a mi cuerpo su presencia
entre puertas cerradas y miradas esquivas.
Soy la duda y la certeza de ser alguien, algo,
en esta soledad a la que dan todas las calles.
Soy la dicha y la amargura de entender sin palabras
que solo puede salvarme una luna temprana
sobre un canal atravesado por el fantasma de un río.

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