No busques la palabra mágica ni el silencio repentino que llenará tus horas de dicha o de calma. Tú tampoco sabes cuál es el motivo de tu alegría más íntima ni cuán profundo es tu dolor. Oyes un silbo largo y triste, levantas la mirada, ves cómo huye de la noche la última bandada de la tarde y sonríes en ese momento, sin entender por qué. También te sorprendes añorando las desdichas de otro tiempo. Eres un enigma. Ignoras lo que tanto anhela tu corazón o temes que la vida lo conceda. No hallarás la respuesta en la prosperidad ni en el infortunio, muchos menos en la santidad ni en el desenfreno. Por cada deseo cumplido y por todo temor enfrentado se abre una puerta a un nuevo misterio.
lunes, 8 de agosto de 2022
El secreto
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